En esta entrada podrás ver las obras más famosas de Van Gogh junto a las que más me gustan personalmente.
La noche estrellada, 1889.
El cuadro muestra la vista exterior durante
la noche desde la ventana del cuarto del sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence, donde
se recluyó hacia el final de su vida. Sin embargo, la obra fue pintada durante
el día, de memoria.
Almendro en flor, 1890
Inspirándose en la xilografía japonesa, el tema de ramas en
flor contra un cielo azul era uno de los preferidos de Van Gogh. El cuadro
fue un regalo para su hermano Theo y su esposa, Jo, tras serle informado del
nacimiento del hijo de estos, Vincent Willem, nombrado en honor al pintor.
Cráneo fumando un cigarrillo, 1885
Quizá sea ésta una de las imágenes más cómicas pintadas
por Vincent. El esqueleto sujeta un cigarrillo encendido entre los dientes,
burlándose de los esqueletos presentes en las academias de dibujo para tomar
lecciones de anatomía. La figura está resuelta con total libertad creativa al
obtener los huesos a través de manchas, apreciándose una especie de línea
rectora de color azul en la parte superior del cráneo. Por los tonos y el
estilo empleados recuerda al periodo de Nuenen aunque el asunto sea más jocoso.
Niña con
naranja, 1890
Van Gogh realizará en Auvers una
pequeña serie protagonizada por niños, mostrando una vez más su atracción hacia
la temática retratística. Ya durante su estancia en París comentó que prefería
pintar los ojos de la gente a pintar catedrales pero la ausencia de modelos
motivarán la escasa presencia de esta temática en su producción. En la etapa de
Auvers, quizá la más variada, no podía fallar el retrato como podemos admirar
en esta niña anónima sentada en la naturaleza, resaltándose los colores de la
naranja que lleva entre las manos, la hierba y las flores de alrededor así como
su rubio cabello. El color de la fruta se refleja en los mofletes de la
pequeña, acentuando su aspecto tranquilo y candoroso, a diferencia de los
rostros de los Dos niños. Mientras la figura de la niña está algo más
elaborada - especialmente por las líneas negras de los contornos en sintonía
con Bernard y Gauguin - en el fondo hallamos un mayor
abocetamiento debido a la luz. Además de la expresión de la pequeña, debemos
destacar en esta composición la variedad y la brillantez de los tonos
empleados, buscando Vincent en ellos su vehículo de expresión.
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